jueves, 1 de septiembre de 2016

Existe evidencia sólida de que el alcohol produce siete tipos de cáncer


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No hay confusión: el alcohol produce siete tipos de cáncer. Por  Nick Mulcahy. medscape. 01/08/16. Se dispone de "evidencia sólida" de que el alcohol produce siete tipos de cáncer y otra evidencia indica que "probablemente" produzca más, según un nuevo análisis de la literatura publicado en versión electrónica el 21 de julio en Addiction. La evidencia epidemiológica respalda una relación causal entre el consumo de alcohol y tumores malignos de bucofaringe, laringe, esófago, hígado, colon, recto y mama femenina, dice Jennie Connor, MB, ChB, MPH, del Departamento de Medicina Preventiva y Social, Universidad de Otago en Dunegin, Nueva Zelanda.



En síntesis, el alcohol produce cáncer.

Esto no es novedad, dice la Dra. Connor. La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) y otras organizaciones han identificado desde hace tiempo la relación causal del consumo de alcohol con estos siete tipos de tumores malignos.

Así que ¿Por qué la Dra. Connor, que es una epidemióloga y médica, escribe un nuevo análisis? Porque quiere "aclarar la solidez de la evidencia de una manera accesible".

Existe "confusión" sobre la aseveración "El alcohol produce cáncer", explica la Dra. Connor.

El debate público y científico en torno al alcohol y al cáncer ha silenciado la verdad sobre la relación causal, señala.

Dijo a Medscape Noticias Médicas:"El público y los medios a menudo dan la misma importancia a las afirmaciones de expertos mundiales que a los mensajes de las compañías de alcohol y sus científicos. Los mensajes en general resultan confusos. Por estos motivos, la revista científica Addiction ha marcado este artículo [su análisis] como 'Para debate'".

La utilización del lenguaje causal en los debates científicos y públicos es "dispar", señala.

Por ejemplo, los artículos y las noticias en los diarios a menudo utilizan expresiones como "cáncer relacionado con alcohol" y "cáncer atribuible al alcohol"; hacen alusión a un "vínculo" entre el alcohol y el cáncer y al efecto del alcohol sobre "el riesgo de cáncer".

Estas frases "incorporan una relación causal implícita, pero son fácilmente interpretadas como algo menos que el cáncer es causado por beber alcohol", observa la Dra. Connor.

También señala: "Deja de beber alcohol" es un eslogan que podría ser  ― pero no lo es ―  similar a "deja de fumar".

"En la actualidad, el papel causal del alcohol es percibido como más complejo que el del tabaco, y la solución sugerida por la analogía con el tabaquismo ― que debiéramos todos reducir y finalmente dejar de beber alcohol ―  es ampliamente inaceptable", escribe la Dra. Connor.

El análisis recién publicado "refuerza la necesidad de que el público tome conciencia de la relación causal entre el alcohol y el cáncer", dijo Colin Shevills, de Alcohol Health Alliance UK, en un comunicado de prensa.

Dijo: "La investigación demuestra que sólo alrededor de una de cada 10 personas [en el Reino Unido] actualmente se percatan del vínculo entre alcohol y cáncer".

Shevills añadió: "Las personas tienen derecho a saber sobre la repercusión del alcohol en su salud, así como su vinculación con el cáncer, de manera que puedan tomar decisiones con conocimiento de causa respecto a cuánto beben".

La falta de claridad en torno a que el alcohol produce cáncer, considera la Dra. Connor, está relacionada con la propaganda de la industria del alcohol y por el hecho de que la "base epidemiológica para la inferencia causal es un proceso iterativo que nunca se completa del todo".

La Dra. Connor señala que la intensidad de la relación del alcohol como una causa de cáncer varía según la región corporal. La evidencia es "muy sólida" para el cáncer de la boca, faringe y el esófago (riesgo relativo: ~4-7 para ≥ 50 g/día de alcohol, en comparación con ninguna bebida) pero lo es menos para el cáncer colorrectal y el cáncer de hígado y de mama (riesgo relativo: ~1,5 para ≥ 50 g/día).

"Para los tumores malignos de boca, faringe, laringe y esófago, hay una interacción bien reconocida del alcohol con el tabaquismo, lo que da lugar a un efecto multiplicador sobre el riesgo", añade la Dra. Connor.

Otros tipos de tumores malignos también probablemente son causados por el alcohol. La Dra. Connor señala que se está "acumulando investigación" que respalda una contribución causal del alcohol al cáncer de páncreas, próstata y piel (melanoma).

Dice que los mecanismos exactos de cómo el alcohol, sea solo o en combinación con el tabaquismo, produce cáncer "no se comprenden del todo", aunque hay cierta "evidencia biológica" de apoyo.

Una experta británica externó una opinión sobre la carcinogenicidad del alcohol.

En una declaración sobre el nuevo análisis, la profesora Dorothy Bennett, directora del Instituto de Investigación de Ciencias Moleculares y Clínicas en la Universidad St. George de Londres, dijo: "El alcohol entra en las células con mucha facilidad y luego es convertido en acetaldehído, lo cual puede dañar al ADN y es un carcinógeno documentado".

En el nuevo análisis, la Dra. Connor describe varias características de la causalidad que se han identificado en estudios epidemiológicos sobre el alcohol y estos siete tipos de cáncer, como la relación dosis-respuesta y el hecho de que el riesgo para algunos de estos tipos de cáncer (esofágico, de cabeza y cuello y del hígado) se atenúa cuando cesa el consumo de alcohol.

Señala que las estimaciones actuales indican que los tipos de cáncer atribuibles al alcohol en las siete zonas afectadas por cáncer pueden constituir 5,8% de todas las muertes por cáncer en todo el mundo.

La industria del alcohol tiene mucho en juego, lo cual, a su vez, conduce a "información errónea" que desvirtúa los hallazgos de la investigación y contradice los mensajes de salud pública basados en evidencia".

Un ejemplo reciente proviene de Nueva Zelanda, donde los medios nacionales dieron cobertura a un simposio sobre alcohol y cáncer. Un artículo de opinión de un científico financiado por la industria, publicado en el diario de la capital, impugnaba la evidencia comunicada en el congreso. El ensayo se titulaba: "Decir que el consumo moderado de alcohol produce cáncer es incorrecto".

El ensayo incluía la declaración: "Si bien el consumo crónico y excesivo de alcohol conlleva una amplia gama de problemas de salud como cáncer, atribuir el cáncer a la bebida moderada en circunstancias sociales es simplemente incorrecto y no está respaldado por la literatura científica".

Sin embargo, no hay un nivel seguro de bebida por lo que respecta al cáncer, dice la Dra. Connor, citando investigación sobre las concentraciones bajas a moderadas de alcohol, lo cual fue informado por Medscape Noticias Médicas.

Esta fue también la conclusión del Informe Mundial de Cáncer 2014, emitido por la IARC de la Organización Mundial de la Salud.

La promoción de los beneficios para la salud que conlleva el consumo de cantidades moderadas de bebidas alcohólicas "se ve cada vez más como falaz o irrelevante en comparación con el incremento del riesgo de una serie de tipos de cáncer", escribe la Dra. Connor.

Dijo a Medscape Noticias Médicas que se necesitan campañas de salud pública "con mensajes claros" para correr la voz en torno a la carcinogenicidad del alcohol.

"Creo que el Reino Unido está dirigiendo el camino. El consumo de alcohol como un problema de salud pública ha tenido una gran exposición en el Reino Unido durante varios años", dijo la Dra. Connor, quien proporcionó enlaces a dos campañas de concientización, la Balance campaign (Campaña para el equilibrio) y la campaña Balance Northeast (Equilibrio Noreste).

Antes este año, el Reino Unido emitió nuevas directrices sobre el consumo de alcohol, recomendando que los hombres no beban más que las mujeres y advirtiendo que cualquier cantidad de alcohol aumenta el riesgo de que se presenten diversos tipos de cáncer.

Las organizaciones en Nueva Zelanda también están implementando acciones. La New Zealand Medical Association, la Cancer Society of New Zealand y la National Heart Foundation han adoptado declaraciones de postura basadas en evidencia que "desacreditan" los beneficios cardiovasculares como una motivación para beber y que resaltan los riesgos de cáncer, dijo la Dra. Connor.

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