Los bioactivos, compuestos naturales en ciertos alimentos, pueden actuar como medicamentos, ya que influyen en nuestras células y los sistemas biológicos de nuestro cuerpo de manera similar a las drogas.
Y así como los científicos pueden aislar los componentes bioquímicos de varios medicamentos y analizar su impacto en la forma en que nuestros cuerpos luchan contra las enfermedades, ahora podemos separar compuestos vegetales específicos en varios alimentos y usar métodos científicos rigurosos para medir sus efectos similares a los medicamentos.
Esto significa que, por primera vez, es posible registrar las 'dosis' específicas de ciertos alimentos necesarios para lograr un efecto medible.
En pocas palabras, una "dosis de alimentos" es la cantidad de cualquier alimento o bebida que se ha demostrado que está asociada con un resultado de salud específico o que lo ha conducido a él.
Esta dosis puede ser relevante para la prevención o el tratamiento de la enfermedad, el tratamiento a largo plazo de una afección o la supresión para evitar que la enfermedad regrese.
Se examinaron cuatro medicamentos para combatir el cáncer y
otros siete medicamentos comunes (como medicamentos antiinflamatorios,
estatinas, un medicamento para la presión arterial y un antibiótico) contra 16
factores dietéticos de los alimentos asociados con la reducción del riesgo de
varios tipos de cáncer.
Sorprendentemente, se encontró que 15 de los factores
dietéticos eran más potentes que uno de los medicamentos contra el cáncer.
La mayoría de los alimentos se mantuvieron firmes o fueron
más potentes que los otros medicamentos comunes.
Los estadísticos y los especialistas en nutrición podrían
decirle que este tipo de investigación no determina la causa y el efecto de la
forma en que lo haría un estudio farmacológico con ratones o un ensayo clínico.
Pero las asociaciones que surgen pueden ser muy
informativas, especialmente cuando están involucradas cientos, miles o cientos
de miles de personas.
Una montaña de investigaciones ha revelado cómo los
alimentos específicos pueden influir en la salud y la enfermedad.
La ciencia evoluciona continuamente, pero algunos hallazgos
clínicos y epidemiológicos extraordinarios nos brindan nuevas perspectivas no
solo sobre los tipos, sino también las cantidades de alimentos que debemos
comer, así como la frecuencia con la que debemos comerlos.
Nuestros resultados seguramente deben obligar incluso a los
cínicos más duros a detenerse y maravillarse de la potencia de lo que la Madre
Naturaleza ha incluido en su comida.
He descubierto que el concepto de dosis de alimentos es
especialmente impactante para los pacientes que luchan contra el cáncer. Por
ejemplo, estudios en personas con cáncer de colon han demostrado que comer dos
porciones de nueces (14 nueces) por semana se asocia con un riesgo 42 por
ciento menor de que la enfermedad regrese. Esa estadística da como resultado
una recomendación obvia para un cambio de estilo de vida de bajo costo.
Para el cáncer de mama, estudios sólidos muestran que
consumir 10 g de proteína de soja (equivalente a 235 ml de leche de soja) por día
se asocia con una disminución del 29 por ciento en el riesgo de muerte por la
enfermedad. No puede ignorar este tipo de información una vez que sea testigo
de la evidencia.
Y es útil para guiar sus elecciones de dieta si está
tratando de prevenir una enfermedad como el cáncer.
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