La tuberculosis ofrece pelea y resiste. El Informe Global sobre la Tuberculosispresentado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) muestra que los países tienen que actuar mucho más rápido para prevenir, detectar y tratar la enfermedad si se quiere cumplir con los objetivos globales.
Los gobiernos han puesto sobre la mesa los objetivos para combatir y poner fin a la epidemia de tuberculosis incluidos en la agenda de Desarrollo Sostenible de la ONU. Este acuerdo, aprobado por la Asamblea Mundial de la Salud y la Asamblea General de las Naciones Unidas, espera una reducción del 90% de las muertes por tuberculosis y una disminución del 80% en los casos diagnosticados.
"Estos objetivos buscan ponerle fin a la epidemia de la tuberculosis, hecho que supone una gran y complicada batalla", afirma en un comunicado la directora general de la OMS, Margaret Chan. "Los países deben aumentar sus esfuerzos para lograr cumplir con los objetivos estimados y poner fin a una epidemia mortal".
El informe de la OMS pone de manifiesto la desigualdad existente en el acceso que tienen los países a los tratamientos contra esta enfermedad. Además, hace especial hincapié en la necesidad de un compromiso político audaz y severo para combatir la epidemia. Uno de los principales retos es acabar con las lagunas existentes en los procesos de diagnóstico de la enfermedad, así como en la presentación de informes de nuevos casos: en 2015, un total de 4,3 millones de casos no fueron detectados y notificados de forma oficial.
Aumento de contagios y de muertes
Si bien en 2015 se salvaron tres millones de vidas, el informe revela un aumento considerable de los casos de tuberculosis -10,4 millones de nuevos casos en todo el mundo-, alejando el resultado de las estimaciones previas. La India, seguido de Indonesia, China, Nigeria, Pakistán y Sudáfrica, representan el 60% de la carga global de esta enfermedad.
Las muertes por tuberculosis alcanzaron la cifra de 1,8 millones en 2015, de los cuales 0,4 millones fueron por coinfecciones del virus del sida. Los datos reflejan mayores casos de muerte por esta enfermedad, que las registradas por otras como el VIH o la malaria.
Existe una brecha entre el proceso de notificación oficial de la enfermedad de tuberculosis en países con sectores privados no regulados y aquellos que disfrutan de mayores barreras para su atención. En el periodo 2014-2015, el porcentaje de reducción de los casos se mantuvo en un 1,5%. El objetivo trata de acelerar esta disminución hasta el 4-5% en 2020, de acuerdo con las exigencias de la Estrategia de tuberculosis aprobada por la Asamblea de la ONU.
Nuevos desafíos
La tuberculosis multirresistente sigue siendo un problema de salud pública. India, China y Rusia registran casi la mitad de todos los casos de tuberculosis a nivel mundial. Las deficiencias en los procesos de detención y tratamiento suponen un problema de gran envergadura al que se enfrenta el mundo. En 2015, tan solo una de cada cinco personas tuvo acceso a un tratamiento contra la tuberculosis. Las cifras de cura siguen siendo muy bajas, registrando un 52% a nivel global.
"El lento progreso de detección de la enfermedad supone una tragedia para millones de personas que sufren la enfermedad. La inversión y las medidas llevadas a cabo están muy por debajo de lo que realmente se necesita", afirma el director del Programa Mundial contra la Tuberculosis, Mario Raviglione. "Parece que el mundo está reaccionando ante la amenaza de la resistencia a los antimicrobianos, por lo que ahora es el momento de acelerar la respuesta a la tuberculosis multirresistente", añade.
En 2015 el 22% de los pacientes coinfectados con tuberculosis y VIH no fueron tratados con la terapia antirretroviral correspondiente. Sin embargo, el mismo año, cerca de un millón de niños menores de cinco años, que son especialmente vulnerables a la tuberculosis, pudieron acceder a un tratamiento preventivo.
Deficiencias en la financiación contra la tuberculosis
Las inversiones en los países con bajos y medianos ingresos han caído casi 2.000 millones de dólares, muy lejos de los 8,3 millones necesarios y estimados para 2016. Esta brecha aumentará a 6 millones en 2020 si no se incrementa la financiación. La OMS estima necesario al menos un añadido de un billón de dólares por año para acelerar el desarrollo y la evolución de nuevas vacunas, diagnósticos y fármacos.
Según los datos, en 2016, países con bajos ingresos, como Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, han registrado alrededor de un 84% de financiación proveniente de fuentes internas. Esto obliga a los territorios con menos recursos a depender -en gran medida- de la financiación internacional, siendo un 75% procedente delFondo Mundial de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria.
"Los recursos utilizados contra la tuberculosis son muy escasos", afirma en el comunicado citado el administrador adjunto para la Salud Mundial de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, Ariel Pablos-Méndez."Todos los países del mundo tienen un papel importante que desempeñar en el proceso de cierre de esta brecha. Se necesitan más mecanismos de protección social y una buena financiación para la salud pública mundial".
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